Los vínculos migratorios

Cuando hablamos de vínculos y migración se habla de las relaciones que formamos
en el país de orígen así como las que se forman en el país de acogida. Los
vínculos son construcciones, son armados particulares, todos distintos,que nos
permiten movernos en el mundo social, que nos acercan a la vida y nos llenan el
alma.
Somos todos sujetos y como tales, singulares, por lo cual las habilidades para
vincularnos son diversas en todos los casos, pero si se trata de una esfera muy
importante a la hora de migrar.
Cuando migramos nos despedimos de nuestra familia y nuestros amigos, es
un duelo constante porque todos esos afectos siguen existiendo pero no nos
relacionamos con la misma frecuencia o de la misma manera con ellos. Es decir que
los vínculos siguen existiendo pero no en nuestra cotidianeidad y lograr formar
relaciones en el país de acogida nos ayudará mucho a sobrellevar el duelo
migratorio. Además, al conocer nueva gente, nos enriquecemos y conocemos partes
de nosotros que quizás no sabíamos que podíamos desarrollar. El círculo social del
que nos rodeamos es una parte muy importante de nuestra vida. Podemos armarlo
gracias al trabajo, a nuestra capacidad para socializar fuera del mismo, a nuestra
pareja si es que tenemos… y así armar lazos que nos brindarán apoyo, ayuda,
contención, compañía y quienes serán un punto identificatorio y de referencia.
Si hacemos amigos de la misma cultura podremos sentirnos cerca de casa,
podemos usar el mismo idioma o los mismos modismos que en nuestro país de
orígen y si nos hacemos amigos de países o lugares diversos aprendemos a
comunicarnos de otra manera, siempre conectados por el vínculo migrante, que nos
une a todos por igual y que muchas veces hace que la conexión sea más fuerte.
Aprenderemos a vincularnos con nuestros familiares y amigos que dejamos en el
país de origen de otra manera y comenzaremos a formar otro grupo, una nueva
familia de acogida
que nos acompañe, que comparta experiencias, que nos
enriquezca, con quienes podamos hablar sobre lo que nos pasa, ayudarnos en la
adaptación al nuevo lugar… todo es mas fácil, mas lindo y más enriquecedor
cuando incluimos a otros en nuestro camino migrante
. Esas relaciones serán
duraderas, fuertes y ligadas a quiénes somos más allá de los que nos definía en el
país de origen.
En en nuevo lugar formamos una nueva identidad, no porque ya no seamos en
esencia los mismos, sino porque ya no nos conocen como “ el amigo de Juan”,
ahora solo somos nosotros sin nada del país de origen en que apoyarnos excepto
que siempre seremos “argentinos”, como es mi caso. Ahora elegimos elementos de
nuestra historia y contamos quienes somos a partir de allí, construyendo de a pocos
quienes somos en el nuevo lugar, quienes somos migrando.
Migrar forma parte de una travesía que lleva su tiempo, es un camino lleno de
obstáculos y también de hermosas sorpresas, donde se entrecruzan la permanencia
y el cambio constantemente, el deseo de construir algo en ese nuevo lugar y la
incertidumbre de cómo hacerlo…Habrá miles de contradicciones y seguramente eso
generará ansiedad y frustración, pero con paso firme y de a poco se va
construyendo, siempre teniendo en claro cuál fue nuestra elección y el por qué y
para qué la sostenemos.
Hacer lazo con el nuevo país y con su gente es esencial en este camino
incierto, nos acompañarán en los momentos en que no sepamos qué dirección
tomar y también para compartir los logros y las alegrías.
Somos seres sociales.

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